09 Sep
09Sep

Todo el mundo a bordo! Para nuestro último destino en Malasia, la isla de  Langkawi, decidimos tentar la suerte y enfrentarnos a las posibles inclemencias del tiempo cogiendo el ferry directo desde Penang. La época de los monzones, en la que todavía estamos, puede dar lugar a fuertes tormentas y convertir cualquier travesía en barco en un suplicio. Afortunadamente, no fue nuestro caso y llegamos sin incidencias tras un par de horas de viaje.

Langkawi es un lugar muy concurrido por los malayos como refugio vacacional, pues cuenta con playas, bosques, montañas y mas de 70 islas menores en las que se pueden realizar toda suerte de actividades. Además, es una zona de duty free, por lo que se pueden comprar alcohol, tabaco, maletas y enseres de cocina a muy buen precio. Nosotros, aunque no sucumbimos al consumismo, sí aprovechamos para nuestra estancia para recorrer la isla... en motocicleta. 

El primer día subimos por una carretera sinuosa al monte Raya (punto más alto de la isla) y, en la cumbre, pudimos disfrutar de  buenas vistas de la isla (había un mirador panorámico, pero estaba en estado de abandono y cerrado al público). También nos acercamos a dar un paseo por la playa de Pantai Cenang, una zona animada y bien cuidada con muchas tiendas y locales de comida. 

Cable car al Monte Machinchang

Al dia siguiente disfrutamos de una de las mejores visitas turísticas de Malasia, el Skycab. Se trata en realidad de un pequeño parque con varias atracciones, tiendas y restaurantes, ubicado en las faldas del monte Machinchang. Con el billete sencillo, se puede subir en pequeñas cabinas hasta la cima y pasear por el Skybridge, una pasarela suspendida entre dos cimas. El cable car no es apto para timoratos ni propensos al vértigo pues, según publicita la compañía, es el teleférico mas empinado del mundo y en algún tramo la distancia hasta el suelo parece superar con holgura los 200 metros. Eso si, las vistas son espectaculares y la aventura merece la pena. 

Skybridge

Otra atracciones que se pueden visitar con el billete de entrada son el Museo 3D, con murales gigantes propicios para Instagramers, el Skyrex (paseo virtual en 3D por una reserva tipo Parque Jurásico) y el Skydome. Definitivamente un buen plan para pasar el día en familia. Para los que quieren más, a escasos minutos y subiendo una empinada cuesta están las cascadas de Seven Wells, en las que uno puede refrescarse si el día está muy caluroso (cosa que hice). 

Lago de la Dama PreñadaPara el ultimo día contratamos una excursión que nos llevó en lancha por varias islas, de las cuales la mejor fue la ultima pues, en el Lago de la Dama Preñada (sic), pudimos alquilar un kayak y darnos un baño en un lugar bastante pintoresco. 

Si hay una constante en nuestro viaje, es el combinar medios de transporte de lo mas variado para nuestros desplazamientos entre destinos. Una buena prueba de ello fue nuestro viaje entre Langkawi y Koh Tao (Tailandia) donde, en el plazo de 24 horas, encadenamos trayectos en coche, ferry, coche de nuevo, tren, otra vez ferry y finalmente furgoneta. Creo que, salvo helicópteros, habremos probado de todo en esta vuelta al mundo.

Koh Tao es una de las muchas islas de Tailandia que se han convertido en un imán para turistas del mundo entero, al igual que Koh Samui, Koh Lanta o Phuket. Llena de hostels y locales de ocio, son una buena alternativa al Mediterráneo ya que ofrecen la misma (o más) diversión pero a precios mucho mas económicos. Koh Tao, por ejemplo, tiene la reputación de ser uno de los mejores lugares del mundo para hacer submarinismo y buceo, y así lo atestiguan las incontables agencias que ofrecen estos servicios.

Freedom Beach (ida.) y Shark Bay (dcha.) 

Una de las cosas que más nos llamaron la atención fue la enorme cantidad de españoles que nos encontramos durante nuestra estancia, tanto turistas como empleados de tiendas y agencias de buceo. Había playas en las que éramos clara mayoría los hispanohablantes, lo cual no dejaba de quitarle algo de exotismo al viaje. Por poco podríamos haber pensado que estábamos en Mallorca. 

Entre las numerosas playas a las que fuimos, quizás me quede con la de Tanote Beach, por la gran cantidad de peces que pudimos observar, a escasos metros de la orilla. Eso sí, ninguna de las otras calas a las que fuimos (Freedom Beach, Chalok Bay, Nuan Beach) desmerecía. En todas ellas había, además, chiringuitos donde tomarse un coco bien frio y un buen plato de pad thai. Aun a pesar de los cielos nublados que a veces nos tocaron, seguramente fueron las mejores playas de nuestro viaje. 

Podria ser Galicia, pero no lo es (Chalok Bay) 

Además de tomar el sol, tambien se pueden hacer algunos trekkings y subidas a miradores, o paseos a lo largo de la costa. Eso sí, no están al nivel de Nueva Zelanda y la señalizacion es, con frecuencia, inexistente. En cuanto a los senderos, muchas veces, más que verlos, hay que intuirlos. Pero es divertido y a menudo es la unica forma de llegar a algunas calas reconditas de la isla. Disfrutamos especialmente estos días en Koh Tao ya que, salvo cambio de última hora, fueron los ultimos días de playa que tendremos en este viaje. 

Luchando contra dragones (Museo 3D)


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