Cuando planificamos nuestra ruta por Australia se nos abrieron varias posibilidades en relación al recorrido que podíamos efectuar. Barajamos la posibilidad de cruzar el desierto hasta Darwin y visitar Urulu, la roca sagrada de los aborígenes, hacer sólo la costa este hasta donde pudiésemos o ir al sur antes de hacer la Gold Coast.
Finalmente, nos decidimos por esta última opción y una de las razones fue poder recorrer una de las carreteras más bonitas del mundo (National Geographic dixit), la Great Ocean Road. Pero antes, nos tomamos un par de días para visitar Melbourne, la segunda ciudad más grande del país.
Royal Arcade de MelbourneAunque el tiempo no nos acompañó del todo, nos llevamos una grata impresión de esta metrópolis de casi 5 millones de habitantes. Sin tener una ubicación tan privilegiada como Sydney, supera a esta última en muchos aspectos.
Para empezar, tiene un centro histórico muy dinámico, con múltiples galerías comerciales (arcades), buenos edificios históricos y muchos lugares interesantes para visitar, incluyendo varias calles con grafitis muy elaborados (entre otras, AC/DC Lane). Además es una ciudad muy pujante, con muchos rascacielos modernos con estilo y alberga los mejores eventos deportivos de Australia como el Gran Premio de Fórmula 1, el Abierto de Australia de Tenis, la gran final de la liga de fútbol australiano, etc. Además, a nivel cultural parece estar algo por encima de rival, aunque tampoco lo hemos podido comprobar.
AC/DC Lane
Tras dejar atrás Melbourne, nos encaminamos hacia la Great Ocean Road, que empieza después de Geelong. Se suceden diversos pueblos y ciudades más o menos pintorescos (Lorne, Apollo Bay) pero todos flanqueados por playas casi vírgenes azotadas por las olas, todas ellas con bastantes rocas. Aún así, se veían muchos surfistas que aprovechaban incluso la hora de la comida para hacerse al agua durante un rato. En general, todos ellos venían con su coche y furgoneta, se embutían en su neopreno y se iban corriendo con los pies descalzos al agua, a menudo seguidos por sus perros. Aquí, el surf es casi una religión, pues lo practica todo el mundo: desde niños a abuelos, hombres y mujeres, australianos y extranjeros.
Pero lo realmente espectacular de esta carretera son las sorprendentes formaciones rocosas que se pueden observar a lo largo de la costa, desde pináculos espigados hasta grutas profundas donde penetran las olas y se escucha su aullido al estamparse contra las rocas. Estas maravillas geológicas son fruto de miles de años de erosión provocados por el viento y el mar en una costa de piedra caliza blanda, propicia para este tipo de fenómenos.
London Bridge
El tramo más impresionante se encuentra entre Princetown y Peterborough. En unas decenas de kilómetros se suceden varios paisajes grandiosos: los Doce Apóstoles, London Bridge, The Grotto, Bay of Martyrs, todos los cuales se pueden visitar gracias a los senderos balizadas y los miradores construidos para solaz de los turistas. Además, aquí el mar es bravo y las olas alcanzan alturas considerables, incluso en los días de buen tiempo, lo que añade espectacularidad a las estampas.
Costa de la Great Ocean Foad
Finalmente, en Warrnambool decidimos poner punto final a nuestro recorrido sureño y volvimos a poner rumbo a Sydney, con un par de jornadas en las que devoramos kilómetros a buen ritmo.
Antes de emprender la última etapa de nuestro viaje que nos llevaría a Cairns, hicimos una parada en las Blue Mountains, unas mesetas que se encuentran al oeste de Sydney y que deben su nombre al color azulado que parecen tener cuando se ven de lejos.
Sobrevolando las Blue Mountains
En Katoomba, antiguo pueblo minero ahora reconvertido en lugar de veraneo, pudimos hacer algunos paseos muy entretenidos disfrutando de las vistas que se observan desde los acantilados que dominan los escarpados valles repletos de eucaliptos de Parque Nacional Kanangra-Boyd. Este fue quizás el lugar donde pasamos más frío hasta el momento (la temperatura debió bajar hasta los cero grados por la noche), aunque a partir de ahora, con suerte, iremos en busca del sol y de calor.
Three Sisters, En Katoomba