16 Jun
16Jun

Aunque nuestra intención era seguir la costa hacia el sur, la proximidad de Canberra nos llevó a adentrarnos por el interior para hacer una rápida visita a la capital de Australia.

Esta ciudad, proyectada a principios del siglo XX, fue elegida capital como compromiso ante las dudas y rivalidades que existían entre las dos grandes metrópolis del pais: Sydney y Melbourne. Siendo una decisión salomónica, no deja de resultar curiosa la elección ya que no tenía apenas relevancia en su día y, de hecho, es una capital "odiada" por buena parte de los australianos. 

Parlamento de Australia 

Su diseño recuerda en parte a Brasilia, la ciudad proyectada por Niemeyer y que también fue construida de la nada. Incluso el edificio del Parlamento resulta desubicado y faltó de solemnidad, con un diseño bastante cuestionable. Eso sí, las visitas son gratuitas y libres, incluso los días de sesión parlamentaria, lo que es todo un ejemplo de transparencia democrática. Del resto de la ciudad, poco que decir: grandes avenidas, edificios modernos y un lago artificial que le da algo de vida al conjunto. 

Tras este intermezzo, pusimos proa hacia la costa para conocer de primera mano el modo de vida australiano en los pueblos y pequeñas ciudades que jalonan la Princess Highway, pues así se llama la carretera que seguimos. 

Devorando kilómetros 

Todos ellos eran bastante parecidos, generalmente con un par de calles comerciales, ritmo de vida apacible y paseos cerca del mar. Muchos de estos pueblos parecían vivir principalmente del turismo y de los jubilados, aunque al estar en temporada baja, nosotros apenas notamos ajetreo. Eso sí, hay moteles y campings a decenas, en general bastante bien equipados y a precios asequibles. Entre los pueblos de este tipo se encuentran Wollongong, Eden o Lakes Entrance.

Blowhole de KiamaLa costa de Australia es en general bastante recortada (o al menos lo que hemos visto hasta ahora), con muchos acantilados de piedra caliza pero también con infinidad de playas donde se veían surfista a todas horas. Esta ortografía da lugar a paisajes muy variados y a algunos fenómenos espectaculares como el blowhole de Kiama, una especie de geiser marino provocado por las fuertes olas al adentrarse en cabida des rocosas.


Por toda la costa se suceden, además, bahías de todos los tamaños y lagunas, con zonas de recreo, todas provistas de modernas barbacoas. Hay que decir que los australianos son muy aficionados al aire libre y a menudo hemos visto familias y grupos de amigos que organizaban picnics en estos espacios. 

Lakes Entrance

Uno de nuestros objetivos era poder ver kanguros y koalas, à ser posible en estado salvaje. Aunque habíamos visto algunos de los primeros en campos bordeando la carretera, habíamos visto más cadáveres que animales vivos (al igual que en Nueva Zelanda, en Australia hay bastante fauna salvaje que muere atropellada por coches y camiones). 

Nuestro deseo se hizo realidad en Raymond Island, una pequeña isla a 300 metros de la costa, en la región de Gippsland Lakes. Lo cuento en la sección "Imprescindibles". 


Ferri a Raymond Island


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