A escasos kilómetros de la costa de Lombok, las 3 islas Gili (Gili Trawangan, Gili Meno y Gili Air) son lo más parecido al paraíso tropical que hemos visto hasta ahora: playas de arena blanca, aguas turquesas cálidas, cocoteros y tumbonas, calor y ni una nube en el horizonte.
Cogimos un barco desde Padang Bai (Bali) que nos llevó, de forma veloz y agitada, hasta Gili Trawangan, donde nos alojamos durante 3 días en un pequeño hotel algo alejado de la primera línea de playa y, por ende, de los bares y el bullicio. La única música que teníamos era la de la mezquita cercana (aquí son mayoría musulmana), por lo que estábamos muy a gusto.
Costa en Gilí T
En estas islas, los únicos medios de transporte son las bicicletas y los coches de caballo, lo cual se agradece después de la experiencia en Bali. Aunque es un destino que se ha puesto de moda recientemente, la cantidad de extranjeros es bastante apreciable en Gili Trawangan, mucho más que en las otras dos islas, que son perfectas para desconectar y olvidarse del mundo.
Aprovechamos nuestra estancia para hacer esnorkeling en los arrecifes cercanos a las 3 islas, buceando entre peces de colores y tortugas, e incluso explorando algún pecio de la segunda guerra mundial. También hicimos buenos paseos, nos relajamos en unos de los omnipresentes chiringuitos playeros con sus pufs y sombrillas de bambú y comimos platos locales y brochetas a la brasa en el mercado nocturno, una verdadera delicia.
A la rica brocheta!