El paraíso Indonesio (lll) : Lombok

Lombok, hermana gemela de Bali, es una isla que guarda bastantes similitudes con ésta en cuanto a tamaño, número de habitantes, morfología y vegetación. Sin embargo, también son numerosas las diferencias, sobre todo a ojos del turista europeo. 

Arrozales en Tetebatu

Para empezar la población es predominantemente musulmana y no hinduista, desde hace aproximadamente 4 siglos. Además, el patrimonio cultural es mucho más escaso que en Bali, pues prácticamente no hay templos hinduistas (pero si muchas mezquitas, la gran mayoría de reciente construcción) y los locales ya no visten de manera tradicional. Además, se nota menos cuidado en las infraestructuras y en las casas, y algo más contaminación medioambiental, sobre todo en los ríos. Eso sí, aquí se puede palpar de manera real la vida habitual de un Indonesio, ya que no hay demasiados turistas. Y para los amantes de la naturaleza, sin duda tiene tantos atractivos como Bali. 

Quizás estas reflexiones sean un juicio algo subjetivo, sobre todo por acabar de estar en las islas Gilí; o quizás porque acabé harto del muecin de la mezquita/madrassa que estaba al lado de nuestro hotel, pero es la impresión que sentí yo y eso es lo que cuenta, que para eso soy el que escribe este blog. Esto no quiere decir que Lombok no tenga cosas muy buenas pero, aunque el Gobierno Indonesio se ha esforzado en los últimos años en promocionar el turismo de esta isla, creo que si tuviese que elegir me quedaría con Bali. 

Mercado de Lombok

Nuestro hotel estaba ubicado a las afueras de Mataram, la principal población de Lombok, y a él llegamos tras coger un ferri público en Gilí Trawangan (ferri en el que éramos los únicos “blanquitos”) y un taxi que nos llevó por una serpenteante carretera que cruzaba un bosque repleto de monos, muchos de ellos sentados en las cunetas y guardaraíles a la espera de algún regalo comestible por parte de los conductores. 

Al igual que en Bali, optamos por alquilar una motocicleta para poder recorrer la isla, definitivamente la mejor opción de transporte posible. Si el primer día nos lo tomamos de relax, el segundo día ya hicimos una visita al Pura Meru, principal (y decepcionante) templo hinduista de Lombok, y a Senggigi, la localidad más turística de la isla. El lugar, lleno de resorts, nos pareció algo anodino y tampoco la playa era espectacular. Quizás el hecho de que nos cobraran el doble de lo habitual en el restaurante en el que comimos tuvo algo que ver con esta percepción. 

Al día siguiente nos acercamos al Volcán Rinjani, visitando primero los arrozales del pueblo de Tetebatu y después subiendo a las faldas del volcán. Hacer la subida hasta la cima es uno de los principales reclamos de Lombok, pero es una excursión de varios días y se nos iba el tiempo. Aún así, nos acercamos hasta la entrada del Parque Nacional, pero allí nos dimos cuenta que la cumbre del volcan estaba cubierta de nubes por lo que no pudimos verlo en todo su esplendor y decidimos volver al hotel y darnos un baño en la piscina para ahogar nuestras penas (válgame la expresión). 

Pueblo de la cultura Sasak 

Nuestro último día fue sin duda el mejor pues, por la mañana, visitamos Sade, un pueblo de la cultura Sasak. Guiados por Embar, uno de sus habitantes, recorrimos las callejuelas de la localidad descubriendo sus casas y graneros tradicionales y su peculiar cultura. Así, es uno de los últimos pueblo de Lombok que conserva sus tradiciones ancestrales, viviendo de la agricultura y artesanía, y haciendo gala de peculiares costumbres: todos los habitantes del pueblo son una única familia, sólo se casan entre ellos y nunca con gente de fuera, no salen nunca de Lombok, siguen mascando betel, hasta hace unos años no tenían electricidad,…  Son casi como unos Amish locales, pero mas sonrientes y cordiales. 

Después, pasamos la tarde en la playa de Tanjung Aan, relajados en unos pufs y bañándonos en su aguas cristalinas. Ésta sí es una playa muy bonita y tranquila (en realidad, dos playas separadas por un peñón) e, incluso la comida del warung al que fuimos era buena. Un buen colofón a nuestra estancia en Lombok. 

Tanjubg Aan